El albañil Pere Puig Puntí, de 57 años, ha matado este miércoles a los dos constructores para los que trabajaba y a dos empleados de una sucursal bancaria de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) porque no pudo cobrar un cheque sin fondos con los cinco meses de sueldo que le debían.
Fuentes sindicales han explicado que la empresa Construccions Tubert le debía el sueldo de cinco meses y que le habrían extendido un talón con este importe que Pere P.P. intentó cobrar en la sucursal, pero no pudo al no tener fondos, lo que pudo desatar toda su "locura". Discutió con los trabajadores y al día siguiente se tomó la venganza por su mano. Y de la manera más cruel.
Además, han señalado que no era la primera vez que el presunto agresor tenía problemas con la compañía por temas de dinero. La empresa, cuyos dueños eran muy conocidos en Olot, atravesaba algunas dificultades fruto de la crisis del ladrillo, al no cobrar algunas obras.
Pere Puig dejó de cobrar en mayo. En julio decidió emprender acciones legales contra la constructora Tubert. Esta decisión llevó a los dueños a pagarle lo que le debían. Pero, desde entonces, no volvieron a hacerlo más, ahogados por la crisis económica que condicionaba el futuro de la empresa.
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